Sin duda Sam Smith ha hecho las cosas bien, excelentes canciones, excelente producción y excelente interacción con sus fans durante sus shows.
El escenario se iluminó con un resplandor dorado mientras el público expectante llenaba el lugar, ansioso por presenciar el último concierto del tour “Gloria” de Sam Smith. La noche prometía ser mágica, y Sam Smith no defraudó en lo más mínimo.
El cantante británico hizo una entrada espectacular, desbordando carisma y energía desde el primer momento. La multitud estalló en aplausos mientras Sam Smith comenzaba a entonar sus primeros acordes. La voz de Smith, conocida por su belleza y emotividad, llenó el recinto con una intensidad que dejó a todos boquiabiertos.
Durante todo el show Sam Smith invitó a los asistentes de su concierto a ser ellos mismos y ser felices, como el ahora lo es, y en efecto, pudimos apreciar al cantante, pleno, feliz y siendo la persona que le gusta ser. Su entrega en el escenario fue total y los 12,500 personas que hicieron sold out en su primer noche, fueron testigos de la gran calidad humana de su cantante favorito.
El concierto se dividió en tres partes: Amor, Belleza y Sexo, demostrando en cada una de ellas un recorrido visual e interpretativo cautivando y causando los gritos de euforia de sus entregados fans.
Desde el inicio del show Sam Smith logra compenetrar con su audiencia de inmediato, ya que el concierto empezó con “Stay With Me” y “I’m Not the Only One” dos de sus grandes éxitos que sin lugar a dudas lo pusieron en la cima del panorama mundial.
El repertorio abarcó sus éxitos más emblemáticos, desde baladas emocionales hasta ritmos bailables. Temas como “Diamons”, “Too Good at Goodbyes” y “Dancing with a Stranger” resonaron en el corazón de los presentes, quienes cantaron junto a Smith con pasión y devoción.
Lo más destacado de la noche fue la conexión personal que Sam Smith estableció con su audiencia. Entre canción y canción, compartió historias íntimas y reflexiones sobre su música, lo que hizo que la experiencia fuera aún más conmovedora. Hubo momentos de risa y lágrimas mientras Smith expresaba su gratitud hacia sus fans y su amor por la música.
Una producción sencilla pero bastante llamativa fue la que presento el cantante, sin embargo, a pesar de ser sencilla supo sacarle provecho a cada recurso de iluminación, elevadores donde estaban sus músicos, bailarines y su gran repertorio de canciones (más de 21 canciones) y junto a sus coristas le cumplieron a todos sus fans.
La producción del concierto fue impresionante. Desde el diseño de luces y efectos visuales hasta la banda en vivo que lo acompañó, todo contribuyó a crear un espectáculo visual y auditivo asombroso. Sam Smith se movió con gracia y pasión por el escenario, interactuando constantemente con su público y entregando una actuación memorable.
Uno de los puntos culminantes llegó cuando Smith interpretó “Gloria”, la canción que dio nombre a la gira. Fue un momento emotivo y emotivo en el que el artista demostró una vez más su habilidad para transmitir profundidad y emoción a través de su música.
A medida que el concierto llegaba a su fin, el público estaba lleno de gratitud y emoción. Sam Smith cerró la noche con un bis que incluyó una interpretación apasionada de “Pray”, dejando a todos con un sabor agridulce, anhelando más música y momentos como este.
En resumen, el último concierto del tour “Gloria” de Sam Smith fue una experiencia musical inolvidable. Smith no solo demostró ser un vocalista excepcional, sino también un artista que sabe tocar los corazones de su audiencia. Este concierto fue una celebración de la música, la emoción y la conexión humana que la música puede crear. Sam Smith se despidió de su tour con gracia y estilo, dejando a todos con recuerdos que atesorarán para siempre.